Hay países y países. Hay países cercanos, hay países lejanos. Hay países abiertos, hay países más herméticos... y hay países misteriosos y mágicos. En ocasiones, con músicas igualmente misteriosas y mágicas y con centenares de secretos por descubrir. Hoy, en Anónimo IV nos ponemos una camiseta térmica, hacemos el macuto y nos vamos a descubrir La Música en Islandia.
La historia de la música en Islandia no es algo demasiado fácil de rastrear porque tiene una infinidad de lagunas. Las mismas lagunas que tiene la propia historia del país. Islandia, un país en el que hasta el siglo XX apenas hubo núcleos de población mínimamente grandes, con clases sociales diferentes a las habituales, sin aristocracia… Todos estos condicionantes han determinado que el legado de la música islandesa nos llegue de manera distinta a lo habitual.
Las primeras fuentes escritas sobre música en la isla son del siglo XI y responden a manuscritos que contienen versiones escritas de material antiguo que había sido transmitido durante siglos por vía oral.
Para empezar a hablar de la música tradicional islandesa consultamos un manual sobre el medioevo nórdico que titulado «El mundo nórdico medieval». Todo apuntaba a que era el idioma y las fuentes literarias medievales las que determinaron e inspiraron los cantos tradicionales. Así fue ¿Sabes qué lengua se hablaba en la edad media en Islandia? El antiguo nórdico, que es la lengua literaria de las sagas islandesas: la poesía escáldica y las Eddas.
El género edaico es el que procede de las Eddas: dos libros gordos de poemas épicos que no solo son el vestigio más importante de poesía medieval islandesa, sino escandinava en general. Una es la Edda poética, que contiene principalmente poemas de contenido mitológico y la otra la Edda de Snorri que incluye algunas leyendas, algunas historias y tiene también un manual sobre cómo entender la poesía escandinava.
Por otro lado estaba el género escáldico, que es en realidad el que primero surge de todo, pues viene de los escaldos. Los escaldos, eran algo así como los bardos escandinavos. Eran poetas de corte que venían ya desde tiempos de los vikingos y continuaron en la Edad Media.
En los manuscritos islandeses queda constancia de la importancia de la música instrumental y evidentemente, de la tradición vocal en todo el mundo vikingo. Por ejemplo, sin ir más lejos, en estos documentos encontramos que el rey Harald Sigurðarson narra la importancia que tenía el arpa en los escaldos de su reino.
En general el arpa era el instrumento de las élites nórdicas. De hecho, tocar el arpa era una de las cosas que cualquier joven de la nobleza tenía que saber hacer.
Snorri Sturluson el creador de la Edda de Snorri habló en otro de sus libros, el Heimskringla sobre la importancia de los kvaeði y los y söguljóð, los dos tipos de canto principales de aquella época.
Esto es todo lo que sabemos de los orígenes de la música en Islandia desde la llegada de los vikingos a aquellas frías tierras. Y todo además, teñido de un halo de misterio, pues muchos estudiosos prefieren no confiar al cien por cien en la veracidad total de estos textos.
LA MÚSICA TRADICIONAL ISLANDESA
De las fuentes principales, la poesía escáldica y las Eddas, emergieron tres tipos de música vocal:
Los versos narrativos y los encantamientos estaban compuestos en metros sencillos y su temática, como no podía ser de otra manera, era mitológica y heroica.
Es una que los manuscritos no incluyan notación musical. No obsnate, lo que sí se sabe es que la mayoría de los versos edáicos —extraídos de fuentes mitológicas o legendarias nórdicas—, estaban destinados a funcionar mágicamente como parte de un contexto ritual. El verso edánico que contiene numerosas referencias al canto de galdur (encantamientos), supone una fuente importante que nos da una visión de las prácticas chamánicas de la época.
Por otro lado, la recitación formal y esotérica escáldica era la más compleja. Nada de métricas fáciles. Los versos escáldicos se cantaban de una manera que oscilaba entre el habla y el canto. Snorri Sturluson cuenta que estos poemas cantados eran compuestos por los hirðskáld quienes, además, los interpretaban en presencia de los reyes y jefes de la corte. Por tanto, la temática no era únicamente mitológica sino que también era histórica.
A finales del siglo XIV apareció el rímur que fue la forma más popular de comunicación artística en Islandia hasta bien entrado el siglo XX. Rímur, que significa ('rimas') son poemas narrativos largos con versos cantados a repeticiones de una melodía corta, generalmente preexistente.
Los rímur, que son muy complejos porque en su arte de componer está el rimar con palíndromos, suelen contar historias legendarias extraídas de cuentos mágicos o romances centroeuropeos.
Los rimur se interpretaban en familia en veladas nocturnas. Quedaban por las noches en las granjas y recitaban (incluso a veces, la noche entera). Generalmente lo hacía el kvaeðamaður ("maestro de canto"), que podía ser un miembro de la familia, un visitante o incluso un cantor itinerante de rímur.
Además del rímur, los islandeses tenían otras formas en la Edad Medias, la Lausavísu, que son cuartetas improvisadas que se cantan o se recitan habladas. Suelen presentar una versificación tan elaborada que hasta los palíndromos se quedaban cortos. Jugaban con textos que, dependiendo del orden en el que se interpretasen, significaban una cosa u otra. Y así, escondían mensajes codificados.
Otro tipo de canción-danza era el vikivakalag, que derivó su nombre de su estribillo, vikivaka kvaeði de forma estrófica. Este estribillo era cantado responsorialmente por los bailarines.
¿Te acuerdas de los organum paralelos? Si nos retrotraemos a nuestra polifonía primitiva nos acordamos de esas dos melodías que se cantaban juntas a la vez y que lo único que cambiaba era que uno las cantaba a una cuarta o quinta superior. Pues en Islandia no iban a ser menos. Allí simplemente en lugar de organum paralelo le tenemos que llamar Tvísöngur. Para la construcción del Tvísöngur también tomaban una melodía preexistente de fuentes sagradas y utilizaban el estilo responsorial de canto. Este género ha conquistado a un montón de investigadores y musicólogos europeos que lo han estudiado exhaustivamente.
Tanto la tradición rímur como la tvísöngur ha sido bien documentada en manuscritos que contienen notación musical y también a través de descripciones escritas de actuaciones.
Bjarni Þorsteinsson reunió material de fuentes escritas y auditivas para su monumental colección de rímur y tvísöngur; publicada a principios del siglo XX, algunas de sus transcripciones fueron proporcionadas por los músicos tradicionales.
Vamos a sumergirnos en el apasionante mundo de la organología islandesa.
De todo lo que son instrumentos medievales no se ha conservado nada. Solo nos quedan los testimonios literarios que ya comentamos al principio que nos decían que el arpa era un instrumento muy importante. Eso sí, no nos imaginemos el arpa como nosotros la visualizamos. En general, el sentido de la palabra “arpa” para los nórdicos y los islandeses en particular, era bastante bastante liviano. Arpa servía practicamente para cualquier cordófono. Y eso lo podemos atestiguar con el hecho de que hoy en día sigue habiendo insturmentos modernos del folklore escandinavo, como la Nyckelharpa, o la Taggelharpa, que de arpa, tienen poco.
Lo mismo sucede en la antigüedad. De hecho, casi hay consenso en que el término “arpa” hacía referencia a la categoría de instrumentos de cuerda frotada. E islandia no era una excepción. Las arpas islandesas con toda seguridad fueron instrumentos con cuerdas bordón, una forma similar al de un laúd y sin trastes. Poseían también el simfón, una especie de primitiva zanfona, o viola de rueda heredada de Noruega.
Todas estas referencias las encontramos en el Segundo Tratado Gramatical isalndés, del siglo XIII. Su autor poseía grandes conocimientos en organología y fonología musical. Es muy curioso en este tratado que para explicar la estructura lingüística y fonética del islandés antiguo se utilizan dos instrumentos. Sin duda, esto demuestra la importancia que tenían los instrumentos en la sociedad.
Dejando ya la Edad Media, en la Edad Moderna aparecen nuevos instrumentos islandeses, como la fiðla y el langspil, otros dos tipos de arpa de arco que siguieron vivos hasta el siglo XIX y que ahora se empiezan a recuperar.
El primer instrumento que vemos, fiðla, está formado por una caja trapezoidal hueca y puede tener entredos y cuatro cuerdas. Se tocaba —como muchos cordófonos asiáticos como el erhu, o el đàn bầu—, con una técnica en la que el dedo no llega a pulsar la cuerda y únicamente se apoya con poco peso para sacar el armónico.
El langspil tuvo más tradición. Tiene forma de cítara, tres cuerdas y el hecho de no tener puente hace que todas las cuerdas se froten a la vez creando un sonido muy característico. Además, al tener una pequeña caja de resonancia, el langspil se puede tanto tocar con arco, con plectro o punteando.
El langspil tuvo un curioso revival en el siglo XIX porque fue introducido como instrumento religioso en muchas iglesias islandesas. En 1855 apareció un manual para aprender salmos con el Langspil. Aunque este manual tuviese fines puramente litúrgicos, sirvió como base para enseñar el instrumento a las generaciones venideras y sigue siendo la principal fuente de estudio del instrumento.
Vamos a dar un pequeño salto temporal y vamos a irnos ya a finales del siglo XIX: Allí nos encontramos con el primer pianista-compositor profesional, Sveinbjörn Sveinbjörnsson (1847-1927), compositor del himno nacional (1874). Completó sus estudios musicales en Copenhague y Leipzig y la mayor parte de su carrera la desarrolló en el extranjero, principalmente en Edimburgo. Un poco a raíz de este pianista compositor, de repente, apareció toda una generación de prolíficos compositores de canciones (principalmente para acompañamiento de voz y piano, pero también para coros masculinos o mixtos).
Pero antes de pasar a los demás, ¿te parece bien sí escuchamos una pieza de lo que podemos considerar hasta día de hoy como el primer compositor de música académica islandés?
Vamos a escuchar Impromptu Nocturne de Sveinbjörn Sveinbjörnsson compuesto en 1873.
Se compusieron y publicaron cientos de canciones románticas y nacionalistas pero sólo unos pocos compositores eran músicos profesionales. La mayoría eran médicos, abogados, clérigos, banqueros o políticos. Algunas de sus canciones forman la base del repertorio de canciones en Islandia hoy en día, especialmente las canciones de Sigvaldi Kaldalóns (1881-1946).
El milenario del parlamento islandés, en 1930, supuso un estímulo grande para el desarrollo musical. Se fundó la Sociedad Musical de Reykjavík para establecer una escuela de música y una orquesta sinfónica en Reykjavík, y todas las fuerzas musicales disponibles se reunieron para la presentación de la premiada Cantata del Festival Althing de Páll Ísólfsson (1893-1974). Páll Ísólfsson fue un compositor y organista islandés muy importante que, fíjate, como Sveinbjörn Sveinbjörnsson también se formó en Laipzig donde estudió órgano. Luego se fue a París y ya volvió a Islandia donde hizo un montón de cosas.
En 1930 se fundó el Servicio Estatal de Radiodifusión de Islandia con Ísólfsson como primer director de música. Ísólfsson también fue director de la Escuela de Música de Reykjavík y durante 30 años organista de la Catedral de Reykjavík.
Una fuerza paralela en la formación de la música islandesa moderna fue Jón Leifs (1899-1968), que se esforzó por formar un estilo nacional de composición. Fundó la Sociedad de Compositores de Islandia en 1945 y la sociedad islandesa de derechos de interpretación, tres años más tarde.
A finales de la década de 1930 llegaron nuevas influencias musicales con músicos inmigrantes de Alemania y Austria, que dejaron una profunda huella en la música de Islandia como educadores, compositores, directores o intérpretes.
En 1950 se inauguró el Teatro Nacional de Reykjavík y en ese año también se creó la SO de Islandia. Diez años más tarde, la organización Musica Nova comenzó a introducir los últimos avances en la composición, incluyendo las primeras piezas electrónicas islandesas de Magnús Blöndal Jóhansson (b 1925) en 1961.
En 1970 se inauguró el Festival Internacional de las Artes de Reikiavik, que se celebra cada dos años, y cuatro años más tarde se estrenó la primera ópera islandesa de larga duración Thrymskviða ('El laico de Thrym') de Jón Ásgeirsson (1928).
En 1982 se estrenó en el Teatro Nacional la ópera Silkitromman (El tambor de seda) de Atli Heimir Sveinsson (1938) y en el mismo año abrió sus puertas la recién fundada Ópera de Islandia. En 1993 se fundó la Northern Iceland SO en Akureyri.
Vamos a hacer otro salto temporal y del XX nos vamos a ir al XXI. no podríamos hacer un programa de música en Islandia sin mencionar a una serie de compositores actuales de música académica, considerados la mayor parte de ellos como compositores Neoclásicos. Estamos hablando de Jóhann Jóhannsson, Ólafur Arnalds, Hildur Guðnadóttir y también Víkingur Ólafsson.
Cronológicamente, tenemos primero en la década de los 60 a Jóhann Jóhannsson que murió trágicamente en 2018 a los 48 años. Fue un músico y compositor muy prolífico. Jóhann Jóhannsson destaca por su gran actividad compositiva para distintos medios, por su actividad interpretativa lanzando 14 discos en solitario (desde 2002-2016), por la creación del colectivo artístico y sello discográfico Kitchen Motors y por una infinidad de cosas más, como ser guitarrista en bandas de Indie Rock y producir música para una infinidad de artistas de diversas disciplinas.
Como compositor de cine el trabajo que mayor reconocimiento le brindó fue la banda sonora de la película La teoría del todo por la que fue nominado a un Óscar y por la que ganó un Globo de Oro a la mejor banda sonora original.
Hildur Guðnadóttir es una violonchelista y compositora de la que probablemente muchos hayan oído hablar especialmente por la composición de la banda sonora de la película El Joker del director Todd Phillips. Bueno, por el Joker y también por su colaboración en la banda sonora de la mini serie de 5 episodiosChernobyl que ya ha ganado un montón de premios. Además, Hildur Guðnadóttir ha trabajado en muchas más películas. Curiosamente, compuso con Jóhann Jóhannsson la banda sonora de la película María Magdalena del director Garth Davis e interpretó el solo de chelo de la banda sonora que Jóhann Jóhannsson había compuesto para Sicario, otra de sus grandes pelis. Vemos que además de componer, ella misma asume un papel importante como intérprete en las bandas sonoras que llevan cello. Más allá de sus faceta como compositora para diferentes medios, también tiene un amplia carrera como cellista. Ha colaborado con distintos grupos como Pan Sonic o Múm pero también ha lanzado cuatro trabajos en solitario.
Pasamos ahora al siguiente compositor islandés del que vamos a hablar: Ólafur Arnalds, compositor, músico y productor musical islandés nacido en 1984. Es muy curiosa la carrera de Ólafur Arnalds porque, al igual delos otros dos compositores de los que hemos hablado, ¡ha hecho de todo!
Su inicios son igualmente curiosos. Ólafur empezó tocando la batería en grupos de hard core. Un día, el grupo de metal alemán Heaven Shall Burn estaba de gira por Islanda y coincidió la banda de Ólafur. El islandes entusiasmado les dio una maqueta, un disco con temas que había compuesto de rock progresivo. Dos meses más tarde le llamaron los chicos de Heaven Shall Bern preguntándole si les podía hacer un par de temas para su disco Antigone de 2004. Y es por ello que entre gutural y gurutal, entre doble bombo y rifs de distorsiones pesantes: Ólafur arroja un poco de luz:
Antigone fue un disco que alcanzó un éxito enorme y gracias a esto, Ólafur Arnalds empezó a recibir ofertas de sellos para hacer un disco completo en el estilo de esos temas que había compuesto para Heaven Shall Burn. Los de la discográfica le dijeron, el metal ese está muy bien, pero mejor nos quedamos solo con estos temitas de pianos, chelos, violines… y así empezó su carrera en solitario lanzando su primer álbum de estudio en 2007: Eulogy for Evolution. Además ese mismo año se fue de gira con Sigurd Rós y colaboró nuevamente con Heaven Shall Burn el disco Iconoclast (Parte 1: The Final Resistance).
Ólafur Arnalds compuso música para un ballet, su tema “Allt Varð Hljótt” fue seleccionado como parte de la banda sonora de Los juegos del hambre o su tema "Til enda" para la película Looper de 2012, participó en diversos proyectos como el The Chopin Project con la pianista Alice Sara Ott o el famosos Islands Songs en el que viajó durante 7 semanas a 7 lugares diferentes de Islandia e hizo un tema en cada uno de ellos con diferentes artistas. En fin… podría pasarme el resto del programa hablando de los miles de proyectos de Ólafur.
Hemos hablado ya de los curiosos orígenes musicales del país, de su tradición oral, de su folklore, pero hay algo por lo que Islandia se ha hecho conocida hoy en día en todo el mundo y es por la explosión de sus grupos de rock alternativo y post-rock. Vamos a ver un poco cómo, en uno de los países más aislados del mundo, penetró este rock alternativo y cómo desde allí, se han gestado algunos de los grupos más populares de este género.
Para ello, nos vamos a ir al año 1976. En ese año, en un programa de la radio islandesa, cantaba una canción en directo desde su instituto una niñita de 10 años de apellido Guðmundsdóttir. Su intervención tuvo tanto éxito que un sello discográfico islandés le propuso grabar un Long Play entero, haciendo covers de canciones inglesas traducidas al islandés. En el álbum está incluída, por ejemplo, esta maravillosa versión de The Fool on the Hill de los Beatles en islandés. Este era el disco, de 1977, que se llamaba, igual que su cantante: Björk.
Así es, este fue el inicio de Björk Guðmundsdóttir , seguramente la cantante islandesa más conocida a nivel mundial. Hoy en día este álbum está fuera de la discografía de la cantante y hubo que esperar unos años a que Bjork tuviese un proyecto musical más adulto. Tuvo un primer acercamiento con el grupo de post punk Tappi Tikarrass, pero su proyecto más serio llegó ya en los años ochenta con The Sugarcubes.
Se formaron el 8 de junio de 1986, con Björk al frente y otros destacados instrumentistas de la escena alternativa de Reykjavik, incluyendo al por entonces joven marido de Björk, Thor Eldon. Con un estilo ecléctico que bebía de las influencias que todos habían tenido en proyectos anteriores, desde el rock alternativo, al post-punk heredado por Björk o el avant-rock, The Sugarcubes tuvieron un éxito rápido que les llevó a firmar un año más tarde de su creación por sellos británicos y estadounidenses para la distribución de su primer álbum por todo el mundo. Hicieron también largas giras por América, aparecieron en el Saturday Night Live y se empezaron a granjear un nombre sólido en el panorama del rock alternativo, siendo comparados a menudo con grupos como Joy Division o Talking Heads.
Por un lado, el grupo había convertido a Björk —con su voz aniñada y su curiosa estética—, en un icono y referente de la música y la cultura alternativas, dejándolo todo preparado para que, ese mismo año, sacase su primer disco en solitario, Debut.
Por otro lado, también había facilitado que los integrantes crearan su propia discográfica, Bad Taste, vigente hoy en día. Esta discoráfica, todavía gestionada por los miembros del grupo, ha servido de plataforma y altavoz para casi todos los grupos emergentes islandeses.
Desde luego, lo que consiguió The Sugarcubes es que el mundo musical girase sus cabezas y sus oídos hacia el norte para escuchar y recibir con enorme atención todo lo que venía de ese gélido país ártico.
El grupo publicaría en total tres álbums, el último en 1992, curiosamente el de más éxito y el único que hizo que tuvieran una canción encaramada en lo alto de varios charts y listas de ventas internacionales: “Hit”, toda una premonición.
Tras la desaparición del grupo, Björk siguió su carrera, una amplia carrera amplia que dejó álbumes increíbles como Homogenic o Vespertine, trabajos que tienen un acercamiento a las músicas populares urbanas tremendamente personal, imaginativo y en cierto modo, también muy complejo e influenciado por otras artes.
Hablábamos antes de la importancia de Bad Taste, el sello discográfico de The Sugarcubes, y eso fue clave para el desarrollo del siguiente grupo del que vamos a hablar. Porque dos años después de que se deshiciesen los The Sugarcubes, nacía en Reikjavik una niña llamada Sigurrós Elín. Esto hizo que su hermano Jón Þór Birgisson decidiese ponerle el nombre de la pequeñaal grupo que acababa de formar esa misma semana con sus amigos Georg y Aevar. Pronto consiguieron un contrato con Bad Taste y grabaron su primer CD, Von. Acaba de nacer Sigur Rós.
Von fue un disco comercializado en principio solo en Islandia. Tuvo unas criticas moderadamente aceptables. El grupo se movía en un terreno sonoro cercano al Dream Pop, a los grupos británicos de aquella época. Sin embargo, la llegada al grupo del pianista Kjartan Sveinsson, cambió por completo la música de Sigur Rós, y su siguiente trabajo Ágætis byrjun de 1999, se convirtió en un bombazo a nivel mundial.
En este disco, el grupo conseguía crear unas texturas que les alejaban del ambient y el new wave tradicional y conseguían darles un sello absolutamente personal. Y sobre todo, clave en la explosión de Sigur Rós, es lo cinemático de su música, que hizo que 3 de sus canciones de ese disco estuviesen incluídas en la banda sonora del taquillazo de Tom Cruise, Vanilla Sky. Ese fue el trampolín definitivo para el grupo.
Además de todas estas características musicales propias, lo que hace más único a Sigur Ros son sus letras. O sus no-letras, más bien. Además de cantar en islandés en varias canciones, el grupo utiliza un idioma propio llamado Vonlesnka. Idioma o no idioma. Basicamente, el Vonlenska es una especie de “scat”, que utiliza el islandés como base fonética, pero para decir sílabas inconexas. Utilizaron su propio idioma para crear una estructura de sílabas sin conexión léxica y así utilizar la voz, como un instrumento más.
Además de todas estas características musicales propias, lo que hace más único a Sigur Ros son sus letras. O sus no-letras, más bien. Además de cantar en islandés en varias canciones, el grupo utiliza un idioma propio llamado Vonlesnka. Idioma o no idioma. Basicamente, el Vonlenska es una especie de “scat”, que utiliza el islandés como base fonética, pero para decir sílabas inconexas. Utilizaron su propio idioma para crear una estructura de sílabas sin conexión léxica y así utilizar la voz, como un instrumento más.
Además de Sigur Rós, y en muchas ocasiones al amparo de ellos, nacieron otros grupos de esta misma corriente, como Amiina, un cuarteto de cuerda integramente femenino que supieron conjugar estupendamente bien la música para cuarteto de cuerda con el uso de un montón de instrumentos singulares, como el serrucho, las campanas de mesa, además de la electrónica, dándoles un sonido muy característico.