Os presentamos una selección de conciertos para solista y orquesta básicos en el repertorio de cada instrumento. Por supuesto, muchas grandes obras se quedan fuera e, incluso, algún instrumento se queda fuera también (lo sentimos, corno inglés). Pero esta lista trata de ser un repaso ligero por grandes obras del repertorio concertante a través de más de tres siglos de música.
FLAUTA
Para la flauta hemos escogido el maravilloso concierto de Jacques Ibert, gran escritor para vientos que dejó con este concierto una gran página de la literatura concertante de la flauta.
OBOE
Nuestra elección para el oboe, a pesar de tener opciones más conocidas como Mozart o Strauss ha sido el fantástico y sorprendente concierto para oboe y orquesta del checo Bohuslav Martinu.
CLARINETE
Una elección muy personal, el concierto para clarinete y pequeña orquesta de Aaron Copland. Una delicia de primer movimiento lento y un eléctrico finale han hecho que me decante por esta pieza de la literatura concertante americana.
FAGOT
Aquí no hemos innovado tanto. El concierto de Carl Maria von Weber es una de las piezas básicas y más interpretadas del repertorio para fagot junto con los conciertos de Vivaldi.
TROMPA
A pesar del maravilloso concierto que Strauss tiene para el instrumento, nuestra pieza favorita para trompa y orquesta es el tercer movimiento del segundo concierto para el instrumento de Wolfgang Amadeus Mozart.
TROMPETA
De nuevo con la trompeta nos vamos a la obra canónica. El concierto de Joseph Haydn, importante por ser el primero escrito para trompeta de pistones. El intérprete que lo encargó se pasó varios años perfeccionando su técnica antes de atreverse a tocarlo en público.
TROMBÓN
En todos los conservatorios del mundo suena con mucha asiduidad el concierto para trombón y orquesta del compositor y director danés de principios de siglo Launy Grøndahl, famoso a nivel internacional por esta obra.
TUBA
La gran página del repertorio concertante de la tuba es sin duda la obra que nos dejó Ralph Vaughan Williams, que supone además una buena síntesis de su lenguaje melódico y orquestal con un constante sabor de melodías de inspiración tradicional.
VIOLÍN
Es prácticamente imposible escoger tan solo un concierto para violín y orquesta de toda la enorme lista de posibilidades existentes. Nosotros decidimos quedarnos, a riesgo de ser impopulares con el segundo concierto del ruso Sergei Prokofiev, a nuestro juicio, una de las páginas más inspiradas del repertorio violinístico del siglo XX.
VIOLA
A pesar de lo que pueda parecer, los violistas tienen grandes páginas del repertorio concertante. Nosotros nos quedamos con el genial “Der Schwanendreher” de Paul Hindemith, un compositor que sabía bastante sobre violas (y que además dejó conciertos para un buen número de instrumentos).
CELLO
Con el cello de nuevo las opciones eran muchas. Y nosotros decidimos volver de nuevo a Rusia para quedarnos con el primer movimiento del primer concierto de Dmitri Shostakovich. Todo un clásico.
CONTRABAJO
El austríaco Carl von Dittersdorf no era un hombre de perder el tiempo. Escribió más de 120 sinfonías, una treintena de óperas y también más de treinta conciertos entre los que se encuentran sus dos conciertos para contrabajo.
PIANO
Como pianista hemos dejado que sea Brais quien elija su obra preferida para piano y orquesta y ha decidido, por razones sentimentales, quedarse con el primero de los dos conciertos del polaco Frederik Chopin.
GUITARRA
Imposible olvidarse del magnífico y evocador “Concierto del Sur” del Sur del mexicano Manuel Ponce, escrito para Andrés Segovia en la década de 1940.
SAXOFÓN
Los saxos también reclaman su cuota de protagonismo en el repertorio concertante y lo hacen, de nuevo con Jacques Ibert y su electrizante “Concertino da Camera” para pequeña orquesta y saxofón alto.
PERCUSIÓN
Para la percusión nos quedamos con un concierto para láminas y orquesta. En este caso el que escribió el profesor y percusionista francés Emmanuel Sejourné para marimba. Sejourné es un gran experto en la fusión de la música académica con los géneros populares.
ARPA
El ruso Reinhold Glière no es demasiado conocido en Occidente, pero dejó preciosas obras concertantes para diversos instrumentos y su concierto para arpa, escrito en 1938 es una de las obras fundamentales del repertorio del instrumento.
