Seguimos con nuestro repaso por lo mejor de la polifonía sacra a través de los siglos para centrarnos en las obras escritas desde el siglo XVI en adelante. Vamos a excluir deliberadamente todos los requiems, que podréis escuchar en nuestra playlist LO MEJOR DE LA POLIFONÍA SACRA (vol. I)
Terminamos la anterior playlist LO MEJOR DE LA POLIFONÍA SACRA (vol. II) en Monteverdi, y esta la comenzamos en Heinrich Schütz, uno de esos compositores puentes que sirvió para conformar el barroco alemán y que fue el más famoso compositor de música sacra en Alemania en su tiempo. La tradición polifónica y coral en los países germanos, muy extendida, continuió en los siguientes siglos con Johann Sebastian Bach. De entre todos sus oratorios, quizás La Pasión según San Mateo es el más conocido, pero nosootros hemos escogido el sobrecogedor coral Ruht wohl de La Pasión según San Juan. Una obra maestra. Alemán, aunque emigrado a Inglaterra era también Handel. Es tan conocido por El Mesías que casi vamos a obviar hablar de ello. Solo diremos que algunos de sus oratorios son una auténtica delicia, como por ejemplo este Belshazzar del que escuchamos su Coro de los Babilonios. Por su parte, de la tradición sacra francesa rescatamos el bellísimo Canticum in nativitatem Domini de Marc-Antoine Charpentier; el gran compositor de música litúrgica del Barroco Francés.
Los compositores de la Escuela de Viena nos dejaron también maravillosas obras corales sacras. Escapando de los grandes “hits”, vamos a quedarnos con la genial Misa Nelson de Franz Joseph Haydn y con la gloriosa Misa de la Coronación de W. A. Mozart. Y no podemos olvidarnos del hermano de Haydn, Michael Haydn, que fue principalmente conocido en su tiempo como un destacadísimo compositor de música coral.
Como decíamos antes, la tradición coral religiosa en los países germánicos es muy amplia y está muy enraizada en la cultura local. Por eso, a lo largo de todo el siglo XIX podemos encontrar destacadísimos números corales en casi todos los grandes compositores del período. Este viaje comienza con el poco conocido oratorio de Schubert, Lazarus y continúa con un precioso coral de Felix Mendelssohn: Von Himmel hoch. Esta selección no podía olvidar tampoco alguna pieza sacra de Johannes Brahms como el primero de sus Marienlieder, op. 22. Y por último es imprescindible la figura de Anton Bruckner, que además de sus sinfonías nos dejó una enorme colección de música vocal religiosa como su maravilloso Locus iste.
Otro país con una gigante tradición de música sacra es el Reino Unido. Por eso, los principales compositores ingleses tienen destacadas partituras vocales. Como el Nunc Dimittis de Gustav Holst, o la preciosa The Voice out of the Whirlwind de Ralph Vaughan Williams, que estuvo en vida muy involucrado con los coros locales. Lo mismo le pasaba a William Walton, que comenzó su formación musical gracias a los coros y por eso dejó obras corales tan increíbles como Set Me as a Seal. Por último, al otro lado del paso de Calais, de entre los compositores franceses vamos a destacar a Gabriel Fauré, pero no por su Requiem, si no por su maravillosa Cantique de Jean Racine, op. 11.
El siglo XX, como para tantas otras cosas, fue un auténtico oceano de estilos y acercamientos diversos al género sacro. Sería imposible listas todas las obras relevantes de este período, pero ahí va nuestra selección:
De la primera mitad de siglo hemos elegido a Frank Martin, compositor suizo autor de muchísima música sacra y coral de quien escuchamos su Misa. También escuchamos la Sinfonía de los Salmos de Stravinsky y la impresionante Misa Glagolítica de Leos Janácek. Sin marcharnos del Este de Europa, también nos acercamos a la Field Mass de Bohuslav Martinu y al Psalmus Hungaricus de Zoltan Kodály.
De las décadas posteriores teníamos que destacar, sin lugar a dudas, a Olivier Messiaen, uno de los compositores más devotos y apegados a la religión. Igualmente relevantes son las composiciones litúrgica de Krzysztof Penderecki y de György Ligeti, con su archiconocido Lux aeterna. El inglés escocés John MacMillan nos dejó las preciosas 7 Last Words from the Cross y Ariel Ramírez, desde Argentina, compuso su Misa Criolla.
Por último, hay que destacar a un grupo de compositores del llamado Minimalismo Sacro que se gestó en el Báltico y en los países nórdicos, muy de moda hoy en día y que en algunos casos ha traspasado el ámbito de la música académica. El más destacado compositor de este género es el estonio Arvo Pärt, creador de un particular estilo compositivo llamado “tintinnabuli”. Pero no son menos importantes para el género el letón Peteris Vasks y su conocido Pater Noster o el joven noruego Ola Gjeilo, con el que concluímos este repaso de más de 800 años por las obras polifónicas sacras.
